Toda vivencia por muy bonita que sea tiene también una parte triste que quisiéramos borrar de nuestros recuerdos, en muchos casos esos eventos turbios quedan en el pasado pero en otros casos te persiguen atormentándote de tal manera que se te hace imposible encontrar una salida a ello.
Hago alusión al lado oscuro de mi niñez, no tuve un padre, bueno.. si, pero no de una manera normal. Un señor maltratador, que solucionaba todo con una correa, una cachetada, o un insulto, realmente no tengo nada positivo que decir de él, el asunto es que aun en la actualidad, ademas de cargar con lo pasado, no entiendo porque me sigue molestando. No lo quiero en mi vida, no lo quiero en la vida de mis hijos, ya ha hecho demasiado, no entiendo como alguien que ha leído tanto, ha conocido tanto y viajado a muchos sitios sea tan obtuso. Siento que me asfixia, que me quita espacio, que en un mismo sitio no podemos estar los dos.
Los hijos no pueden elegir a los padres, no eligen nacer, están aquí por la acción de los padres. Quiero levantarme en las mañanas y regocijarme en la carita de mis hijos dormidos, quiero reír en la risa de mis hijos, quiero vivir la niñez a través de ellos, no permitiré que nadie ni nada les haga daño.
No se lo que es tener un papá, no se lo que se siente, cuando veo a una hija con su papa me resulta difícil procesar esa imagen, no la concibo de ninguna manera.
Que mi experiencia sirva de ejemplo a muchos padres y madres....pero lo que si estoy segura es que no repetiré la historia y que enseñaré a mis hijos a querer a los suyos.les enseñare del amor, les enseñare que no debemos maltratar a nadie.
Quizás me cueste salir del abismo en que me sumerges, de cada caída me he levantado y esta no me será diferente, me levantaré y mas fuerte que nunca para demostrarle al mundo que mi fortaleza es inmensa....
